Si las cebollas te hacen llorar al cortarlas, refrigéralas durante 30 minutos antes de usarlas. El frío reduce la liberación de gases irritantes.
También puedes cortar la cebolla bajo un chorro de agua o junto a un ventilador para dispersar los compuestos volátiles. Otro truco es usar un cuchillo bien afilado para minimizar la ruptura de las células que liberan estos compuestos.
Masticar chicle mientras cortas cebolla también ayuda, ya que reduce la irritación en los ojos.