
Aunque muchas personas aseguran dormir entre 7 y 8 horas diarias, es común que se sientan cansadas constantemente. Esta fatiga no siempre está relacionada con la falta de sueño, sino con factores como el estrés crónico, la alimentación deficiente o incluso condiciones como el síndrome de fatiga crónica. Dormir bien no garantiza un descanso reparador si otros aspectos del bienestar están en desequilibrio.
El rol de la salud mental y los hábitos diarios
El agotamiento persistente también puede estar vinculado con problemas como la ansiedad, la depresión o una vida altamente sedentaria. Si bien el cuerpo descansa, la mente no se apaga, lo que provoca un cansancio mental que se arrastra durante el día. Además, el abuso de pantallas, la falta de exposición al sol o una dieta alta en azúcares refinados afectan el nivel de energía.
Qué puedes hacer para recuperar tu vitalidad
Para combatir esta sensación constante de fatiga, es clave revisar hábitos como la rutina de sueño, la alimentación balanceada, el ejercicio físico moderado y, sobre todo, gestionar adecuadamente el estrés. Consultar a un médico también puede descartar causas médicas subyacentes como deficiencia de hierro o trastornos del sueño como la apnea.