En Monterrey, Nuevo León, una menor de edad perdió la vida a pesar de los esfuerzos de reanimación cardiopulmonar realizados por una oficial de policía. La intervención ocurrió en las inmediaciones de la Clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde la oficial Andrea, de 25 años, respondió a un llamado de emergencia realizado por la madre de la niña, quien presuntamente sufrió un paro respiratorio. Tras realizar maniobras de resucitación, la oficial aparentemente consiguió estabilizar temporalmente a la menor, pero esta falleció minutos después.
El suceso ha generado gran conmoción en la comunidad, destacando la importancia de la rapidez en la atención médica en emergencias de esta naturaleza. Aunque la intervención de la oficial fue crucial en ese momento, la falta de una atención especializada en el lugar resultó en la muerte de la niña, lo que ha resaltado las dificultades en la atención de emergencias pediátricas fuera de los hospitales.
Como consecuencia directa de este trágico incidente, las autoridades han iniciado una investigación para esclarecer las causas del paro respiratorio y examinar la efectividad de los protocolos de emergencia en la zona. Además, el suceso podría abrir un debate sobre la necesidad de mejorar la capacitación en primeros auxilios para personal no médico y la urgencia de garantizar acceso rápido a atención médica especializada en situaciones críticas.