La hustle culture, también conocida como “cultura del ajetreo”, es una tendencia sociolaboral que promueve la idea de que el valor de una persona está directamente ligado a su capacidad de trabajar sin descanso. Este fenómeno ha ganado notoriedad en los últimos años, especialmente con el auge del emprendimiento, las redes sociales y el acceso digital a trabajos remotos. La narrativa dominante celebra a quienes dedican todas sus horas al trabajo, dejando de lado aspectos fundamentales como el descanso, la vida personal o la salud mental.
El mito del éxito basado en la fatiga
Esta cultura se basa en la glorificación del overworking, es decir, trabajar más allá del horario regular y asumir múltiples responsabilidades a la vez. Aunque puede parecer inspiradora, la hustle culture tiene efectos negativos comprobados: altos niveles de estrés, agotamiento crónico y una peligrosa desconexión emocional. Estudios recientes han vinculado esta filosofía con el síndrome de burnout, considerado un fenómeno ocupacional por la OMS.
Redes sociales y la presión de “ser exitoso”
Plataformas como LinkedIn, Instagram o TikTok han amplificado este fenómeno. En ellas, es común ver publicaciones que promueven rutinas de 16 horas laborales, sesiones de trabajo a las 4 a.m. y sacrificios personales como si fueran la fórmula mágica del éxito. Esta narrativa puede generar culpa y ansiedad en quienes no siguen ese mismo ritmo, reforzando la idea de que descansar es un “lujo” o una “pérdida de tiempo”.
El verdadero valor del equilibrio
Contrario a lo que promueve la hustle culture, cada vez más expertos en salud laboral insisten en la importancia de establecer límites saludables entre la vida personal y profesional. El descanso no es una debilidad, sino un componente esencial para el rendimiento sostenido. Las empresas que priorizan el bienestar de sus empleados tienden a reportar mejores niveles de retención, productividad y satisfacción.
Un cambio necesario en la narrativa del trabajo
Superar la hustle culture no significa ser menos ambicioso, sino aprender a trabajar con inteligencia en lugar de simplemente trabajar más. Requiere una transformación cultural que valore el tiempo libre, el sueño, la salud mental y el crecimiento integral del ser humano. Reconocer estos elementos puede llevarnos a redefinir el éxito de una forma más sana y sostenible.