
La meditación no requiere horas ni poses complicadas. Cinco minutos de respiración consciente al día pueden reducir la ansiedad, mejorar la concentración y ayudarte a estar más presente en el día a día.
Este hábito activa regiones del cerebro relacionadas con la calma y el autocontrol. No necesitas ser experta: basta con cerrar los ojos, enfocarte en tu respiración y dejar pasar los pensamientos sin engancharte a ellos.
La constancia es más poderosa que la intensidad. Con el tiempo, meditar se convierte en un refugio mental al que puedes volver cuando lo necesites. Cinco minutos de pausa pueden cambiar el tono de todo tu día.