
México tiene la oportunidad de posicionarse nuevamente como un líder regional en investigación clínica en un plazo de tres años, siempre que se implementen mejoras sustanciales en su marco regulatorio, según la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF). La organización destaca que esta transformación permitiría atraer una mayor inversión internacional y convertir al país en un punto clave del desarrollo farmacéutico a nivel global. En este contexto, la simplificación de los procesos de aprobación de estudios clínicos se perfila como un paso fundamental para consolidar el ecosistema de innovación en salud.
Eficiencia regulatoria, clave para la competitividad
La AMIIF advierte que la burocracia y lentitud actuales en la autorización de protocolos clínicos han llevado a que grandes compañías farmacéuticas y biotecnológicas desvíen sus inversiones hacia mercados con normativas más ágiles. Aparentemente, esta situación ha limitado el potencial del país para capitalizar su diversidad poblacional y su talento científico, dos activos altamente valorados en el sector. La asociación plantea que una regulación más eficiente no solo permitiría recuperar terreno perdido, sino convertir a México en un destino prioritario para la investigación clínica de alto nivel.
Más ensayos, más empleos, más salud
Una consecuencia directa de una eventual reforma regulatoria sería el aumento sostenido de ensayos clínicos en territorio mexicano, lo que podría impulsar el desarrollo de infraestructura especializada, generar empleos altamente calificados y ofrecer a los pacientes un acceso más temprano a tratamientos innovadores. Según la visión de la AMIIF, una política regulatoria eficaz es un motor estratégico tanto para el crecimiento de la industria farmacéutica como para el fortalecimiento del sistema de salud en México.