
Nuevo León se posiciona como la segunda entidad del país con mayor número de fallecimientos atribuidos a las altas temperaturas en los últimos dos años, al registrar 116 decesos relacionados con el calor extremo. De acuerdo con datos oficiales, 102 muertes ocurrieron durante la temporada de calor de 2023 y 14 más se han documentado en lo que va de 2024. Solo el estado de Sonora, con 165 muertes, supera esta cifra a nivel nacional.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias han reiterado la necesidad de adoptar medidas preventivas, especialmente durante los meses en que se intensifican las olas de calor. Se ha exhortado a la ciudadanía a evitar la exposición directa al sol, mantenerse hidratada y refugiarse en lugares frescos, sobre todo durante las horas de mayor radiación solar. Este panorama ha evidenciado la vulnerabilidad de ciertos sectores de la población, en particular adultos mayores, niños y personas en situación de calle.
Una consecuencia directa de este escenario es el incremento en la presión sobre el gobierno estatal para fortalecer sus políticas de prevención y respuesta frente al cambio climático. Entre las medidas que podrían implementarse se encuentran la ampliación de centros de hidratación y resguardo, el refuerzo de campañas informativas y la mejora de la coordinación interinstitucional para proteger a los grupos más vulnerables, reduciendo así el impacto sanitario de las temperaturas extremas en la entidad.