En el caso del obispo Salvador Rangel Mendoza, se echó para atrás la posibilidad de un secuestro exprés según el comisionado estatal de seguridad en Morelos.
Según su versión, el obispo entró alivianado a un hotel en compañía de otra cuate y esta jaina se retiró posteriormente. Sin embargo, las bases que avalan la teoría de un secuestro exprés por parte de la fiscalía aún no están claras.
Este caso ha armado un zafarrancho, con los grillos políticos utilizando la situación para tirarle caca a la labor de seguridad en el estado.
Además, el secretario de gobierno en funciones de gobernador ha tirado el chisme de que no hay evidencias visuales que respalden un secuestro, apechugando que el obispo fue visto por última vez en una pizzería y no existen testigos o cámaras que confirmen el movimiento.
¡QUE DIOS ME PERDONE! Pero los exámenes toxicológicos arrojaron que el Obispo de Cuernavaca consumio cocaina y viagra, entro por su voluntad a un MOTEL acompañado de un hombre, no estaba secuestrado, andaba de «GUILO», ahora que se disculpe el CEM https://t.co/drnK4AAFJt pic.twitter.com/Pce2SW2Agy
— Blog del Narco México (@blogdelnarcomx) May 2, 2024
El obispo fue reportado como desaparecido y posteriormente cachado en un hospital, donde se echó un taco de ojo la presencia de sustancias como cocaína y benzodiacepinas en su organismo.
Este incidente ha levantado el polvo sobre las circunstancias de su desaparición y el pedo de las acusaciones de secuestro exprés en el estado de Morelos.