
El uso del celular en la cama no es casual: las redes sociales, los videos cortos y las notificaciones estimulan nuestro cerebro con recompensas inmediatas. Esto activa el sistema de dopamina, el mismo que responde a estímulos placenteros, haciendo que sea difícil soltar el dispositivo.
Además, la luz azul de la pantalla interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Por eso, aunque tengas sueño, el celular te mantiene en estado de alerta, retrasando el momento en que realmente conciliás el sueño profundo.
Desarrollar una rutina nocturna sin pantallas puede mejorar significativamente la calidad del descanso. Leer, escuchar música suave o meditar antes de dormir son alternativas más amables con tu cerebro y tu salud.