
Solicitar un aumento puede generar ansiedad, pero con una buena preparación, el proceso se vuelve más manejable. Lo ideal es documentar tus logros, metas cumplidas y aportes concretos a la empresa. Cuantificar resultados (porcentaje de mejora, ahorro de costos, nuevos clientes) fortalece tu argumento y demuestra el valor que generas.
Elige el momento adecuado
Presentar esta solicitud durante una evaluación de desempeño o tras concluir con éxito un proyecto importante es más estratégico que hacerlo en un momento de tensión laboral. Es recomendable solicitar una reunión formal y preparar con anticipación lo que vas a decir, de forma clara y profesional.
Lenguaje asertivo y enfoque colaborativo
Evita frases que suenen como ultimátum o quejas. Usa un lenguaje asertivo: “Quisiera conversar sobre cómo se ha desarrollado mi rol en la empresa y la posibilidad de revisar mi compensación actual”. Muestra apertura al diálogo y enfócate en la relación a largo plazo con la empresa.
El resultado no lo es todo
Aunque el resultado inmediato sea positivo o no, el simple hecho de iniciar esta conversación te posiciona como alguien proactivo y consciente de su valor profesional. Si el aumento no es posible en ese momento, puedes pedir claridad sobre qué objetivos debes alcanzar para obtenerlo en el futuro.