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Este domingo se registró un nuevo deceso frente a una unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad de Colima. Un hombre perdió la vida en las inmediaciones de la Unidad de Medicina Familiar número 19, en un suceso que ocurre menos de una semana después de un incidente similar frente a otra clínica del mismo instituto en la misma ciudad. Ambos casos, ocurridos en espacios donde se supone debe prevalecer la atención médica oportuna, han generado inquietud entre los ciudadanos y las autoridades locales.

La cercanía con centros médicos no garantizó asistencia inmediata

La repetición de eventos con desenlace fatal a pocos metros de instalaciones hospitalarias plantea interrogantes relevantes sobre la efectividad y disponibilidad de la atención médica de emergencia. Aunque aún no se han revelado detalles concluyentes sobre las circunstancias exactas de los fallecimientos, versiones preliminares sugieren posibles deficiencias en la atención prehospitalaria o en los tiempos de respuesta de los servicios de urgencias. La percepción ciudadana, reforzada por la cercanía geográfica de los casos, acentúa la preocupación sobre la capacidad de reacción en contextos críticos.

Infraestructura y protocolos en el centro del debate

Una consecuencia directa de esta situación es la creciente presión sobre el IMSS y las autoridades sanitarias para revisar sus protocolos de atención urgente, especialmente en zonas urbanas con alta densidad poblacional como Colima. Este tipo de incidentes, que ocurren en entornos supuestamente preparados para manejar emergencias, despiertan cuestionamientos sobre la eficacia de los sistemas de triage, la disponibilidad de personal capacitado, o incluso las rutas de acceso rápido a atención médica. En ese contexto, la revisión exhaustiva de los procedimientos vigentes podría volverse indispensable para evitar que se repitan situaciones similares.

Preocupación social por la capacidad del sistema de salud

Aparentemente, el sentimiento generalizado entre los habitantes de Colima es de incertidumbre y frustración. En medio de un sistema de salud ya tensionado por demandas crecientes, estos incidentes representan una advertencia sobre posibles vacíos estructurales o logísticos. También se pone en duda si existe una comunicación eficaz entre los ciudadanos y los sistemas de emergencia, y si las unidades médicas cuentan con los recursos suficientes para actuar ante emergencias que suceden en sus inmediaciones, aun cuando estas no ocurran dentro de sus instalaciones formales.

Llamado a una acción institucional urgente

En vista de estos eventos, distintas voces de la sociedad civil y del ámbito sanitario han comenzado a pedir una evaluación institucional urgente sobre cómo se gestionan las situaciones de emergencia frente a clínicas del IMSS. Esto incluiría desde mejoras en la formación del personal, hasta el diseño de protocolos más ágiles para actuar incluso fuera de las instalaciones, si la situación lo demanda. La protección de la vida humana no puede verse limitada por barreras físicas o administrativas, y estos casos subrayan la necesidad de repensar un modelo de atención que pueda actuar con eficacia más allá del umbral hospitalario.

Publicado por: Editor Minuto30

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