
A partir de julio de 2025, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) dejará de emitir recibos impresos de energía eléctrica para aquellos usuarios que hayan optado por activar la modalidad de factura digital. Esta medida, anunciada recientemente por la empresa estatal, forma parte de una estrategia de modernización operativa y apunta a fortalecer la eficiencia administrativa, mejorar la experiencia del usuario y avanzar en la adopción de prácticas sostenibles en la prestación de servicios públicos. La transición se aplicará de manera gradual y voluntaria, enfocada únicamente en los consumidores que hayan solicitado esta modalidad electrónica.
Digitalización como eje de eficiencia y sustentabilidad
La nueva política de facturación digital permitirá que los usuarios reciban sus comprobantes de consumo eléctrico directamente en su correo electrónico o a través de plataformas en línea autorizadas por la CFE. Este enfoque, alineado con las tendencias globales de digitalización en el sector público, busca no solo facilitar el acceso a la información, sino también reducir tiempos y costos asociados a los procesos tradicionales. Aparentemente, esta iniciativa también contribuirá a disminuir el uso de papel y otros insumos materiales, lo que representa un avance concreto hacia una operación más respetuosa con el medio ambiente.
Beneficios directos para usuarios y para la propia CFE
Para los usuarios, la modalidad digital promete mayor comodidad, acceso inmediato a los datos de consumo y reducción de trámites presenciales. Además, se elimina el riesgo de extravío de recibos físicos y se mejora la trazabilidad de pagos y lecturas. Desde el punto de vista de la CFE, se anticipa que esta transformación traerá consigo una optimización de recursos internos, lo que presuntamente se traducirá en una mayor eficiencia operativa y, potencialmente, en ahorros relevantes a largo plazo. Esta evolución también sienta las bases para futuros servicios digitales adicionales que podrían integrarse al ecosistema de atención al cliente de la compañía.
Implicaciones ambientales de la medida
Una consecuencia destacada de la eliminación de los recibos impresos es su impacto positivo en términos de sustentabilidad ambiental. Según estimaciones preliminares, el cambio podría evitar la impresión de millones de documentos cada año, lo que contribuiría a la reducción del uso de papel, tinta, energía y transporte asociados con la distribución física. Si bien la medida no es obligatoria para todos los usuarios, se alinea con una política de Estado que promueve la digitalización como una herramienta para combatir el cambio climático y para eficientar el uso de los recursos públicos.
Transición voluntaria y acompañamiento al usuario
La CFE ha aclarado que el proceso para activar la factura digital será voluntario, sencillo y gratuito. Los usuarios interesados deberán realizar un registro en línea, proporcionando una dirección de correo electrónico válida y aceptando los términos del nuevo esquema de notificación. Para facilitar la transición, la empresa prevé campañas de información y asistencia personalizada, con el objetivo de asegurar que todos los usuarios que opten por este modelo digital puedan hacerlo sin inconvenientes. La medida también considera a las personas sin acceso digital, quienes podrán seguir recibiendo sus recibos físicos como hasta ahora, garantizando así un enfoque inclusivo y progresivo.