
Según versiones preliminares, la Cámara Baja de Estados Unidos ha aprobado una medida que establece un impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas por migrantes desde territorio estadounidense. Esta decisión se tomó tras más de 24 horas de intensos debates en comités y en el pleno, logrando una reducción significativa del impuesto inicial, que era del 5%. Además, la legislación contempla la construcción de 701 millas adicionales de muro en la frontera sur.
Endurecimiento en política migratoria y fiscal
La aprobación refleja una postura más estricta en materia migratoria y fiscal, con un doble propósito: generar ingresos para el gobierno y reforzar la seguridad fronteriza. Sin embargo, la imposición de este gravamen a las remesas podría impactar negativamente la economía de las familias receptoras, que dependen en gran medida de estos recursos para su sustento diario, lo que a su vez podría afectar la estabilidad económica en sus países de origen.
Reacciones y posibles respuestas internacionales
Como consecuencia directa, es esperable que los gobiernos de las naciones receptoras de un alto volumen de remesas desde EE.UU. realicen análisis profundos sobre el impacto de esta medida y busquen estrategias diplomáticas para mitigar sus efectos. Esto podría incluir negociaciones bilaterales para reducir o eliminar el impuesto, así como la implementación de programas de apoyo dirigidos a los migrantes y sus familias. Por otro lado, la expansión del muro fronterizo señala una intensificación en la política de control migratorio, lo que probablemente aumentará la presión sobre la migración irregular y los desafíos humanitarios en la región.