
En Colima, se han encontrado 42 cuerpos quemados y desmembrados, la mayoría de ellos de mujeres entre 25 y 39 años. Las investigaciones forenses iniciales apuntan a que el perfil de las víctimas podría sugerir un patrón detrás de estos crímenes. Aún se trabaja en la identificación completa de los cuerpos.
Este descubrimiento ha generado preocupaciones sobre posibles vínculos con la violencia de género o el crimen organizado. La investigación continúa, enfocándose en esclarecer los motivos de estos actos violentos.
El caso ha intensificado la demanda de justicia en la región, con organizaciones de derechos humanos exigiendo una investigación exhaustiva y la aprehensión de los responsables para evitar futuros crímenes de esta magnitud.