
Las relaciones emocionalmente agotadoras no siempre se notan al principio. Suelen estar llenas de altibajos, donde das mucho y recibes poco. Te sentís drenada, culpable o ansiosa, y empezás a perder la conexión contigo misma.
Poner límites se vuelve difícil y el diálogo se llena de reproches o silencios incómodos. Es común justificar al otro o minimizar lo que sentís, pero el desgaste emocional se va acumulando.
Reconocer este tipo de relaciones es el primer paso para sanar. Mereces vínculos que te nutran, no que te desgasten. Estar en paz con vos misma vale más que cualquier compañía a medias.