
Parece un gesto simple, pero comer sin celular puede transformar tu relación con la comida. Estar presente en el momento del almuerzo o la cena permite que te conectes con tus señales de saciedad y evites comer de más.
Además, mejora la digestión, ya que el cerebro procesa mejor los alimentos cuando no está dividido en varias tareas. Comer en familia o en silencio, sin notificaciones, también favorece el descanso mental.
Hacer del momento de comer un ritual consciente te conecta contigo y mejora tu relación con los alimentos. La atención plena empieza con pequeños actos diarios.