LinkedIn

Las almohadas acumulan ácaros, sudor, células muertas y bacterias con el tiempo. Aunque cambiemos las fundas seguido, el interior también se ensucia y puede afectar tu salud respiratoria y la calidad del sueño.

Lo ideal es lavarlas cada tres meses y cambiarlas cada dos años. Usar protectores hipoalergénicos también ayuda a extender su vida útil. La limpieza no solo mejora la higiene, sino que también alarga la vida de tu colchón y reduce alergias.

Dormir bien también depende del entorno, y una almohada limpia es parte clave de ese bienestar nocturno.

Publicado por: Editor Minuto30

Compartir:
  • Comentarios


  • Anuncio