
Los océanos están enfrentando una preocupante disminución de oxígeno, fenómeno conocido como desoxigenación oceánica. Este proceso es causado principalmente por el calentamiento global, ya que el agua más caliente retiene menos oxígeno, y por la contaminación que provoca proliferación de algas, las cuales al descomponerse consumen grandes cantidades de oxígeno.
La pérdida de oxígeno afecta directamente a la vida marina. Peces, moluscos y otros organismos dependen de niveles estables de oxígeno para sobrevivir. Cuando estos bajan, muchas especies se ven forzadas a migrar, reduciendo la biodiversidad y alterando cadenas alimenticias.
Una llamada de atención ambiental
Este fenómeno no solo afecta al mar, sino también a las comunidades humanas que dependen de él. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar la contaminación con fertilizantes y aguas residuales es clave para frenar este deterioro silencioso de nuestros océanos.