
El síndrome del pensamiento acelerado se refiere a una mente que nunca se detiene. Es una condición común en personas hiperactivas mentalmente: piensan mucho, duermen mal y les cuesta disfrutar el presente.
Este ritmo mental puede generar ansiedad, insomnio, irritabilidad y fatiga, incluso si físicamente no has hecho mucho. La causa suele estar en la sobreestimulación constante: pantallas, noticias, trabajo excesivo y redes sociales.
Practicar pausas, meditación y desconexión consciente es clave para frenarlo. También ayuda escribir lo que pensás, priorizar tareas y evitar saturarte. Aprender a desacelerar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo.